Los antecedentes
Entremos en detalles para hablar sobre la mujer rusa más peligrosa. Imagínense estar trabajando para una jefa que no permite días libres. Que por cualquier fallo les puede agredir o echarles agua hirviendo. Que ha asesinado a vuestra esposa y luego, cuando se volvieron a casar, a otra y luego otra más. Los otros empleados alrededor de vosotros desaparecen misteriosamente, os dicen que ellos han sido despedidos, pero vosotros sabes la verdad. Si se van a quejar, encontráis que no hay ley que os proteja, y además esto la enfurece más y no os deja posibilidad de sobrevivir…
Suena muy absurdo e improbable, ¿verdad? Pues se empieza a ver muy diferente, cuando piensas en la época del suceso y la posición real de la gente que trabajaba para esta mujer loca.
Por muchos logros y mejoras que llegaron con la época de la Ilustración en Rusia, la moral del siglo XVIII seguía siendo muy cruel. La servidumbre implicaba que el campesino sólo era un objeto que le pertenecía a su dueño y nadie veía nada especialmente terrible en sus torturas y sufrimientos. Por ejemplo, una noble condesa rusa tenía problema con su cabello, por lo cual llevaba peluca. Pero le preocupaba mucho que este gran secreto suyo se conociera en la sociedad. Muy rápidamente consiguió encontrar una salida absolutamente natural para estos tiempos. Decidió tener a su peluquero campesino en una jaula al lado de su cama. Esto duró tres años.
Salvajadas como estas hubo tantas que incluso dejaron de ser consideradas como tales. Para hacerse un villano famoso, e incluso formar la historia, uno tenía que esforzarse mucho más.
La señora Saltykova lo ha logrado.
La sangrienta dueña
En su juventud era una mujer muy bella, se casó felizmente y tuvo dos hijos. Por muy absurdo que pueda sonar esto, además era una cristiana devota, lo cual no le impedía cometer numerosos asesinatos. Enviudó a los 26 años y con la muerte de su esposo recibió una gran fortuna. Obtuvo a su total posesión 600 siervos hombres y lo mismo de mujeres. Así que imagínense a una persona mentalmente enferma con la afición de torturar y asesinar y que dispone de 1200 personas sin derechos a su disposición.
Siendo siervo en el siglo XVIII podías ser vendido, canjeado, perdido en un juego de azar, separardo de tu familia, despojado de tu hogar, golpeado si se ha hecho algo que no le ha gustado al dueño y en ciertos casos incluso ser asesinado.
Las víctimas muy frecuentes de Daria Saltykova eran las chicas jóvenes que iban a casarse, lo cual pudo haber sido por envidia. Una vez de noche, un siervo de otro pueblo estaba pasando al lado de la mansión de Salyokova y vio como estaban llevando en un carro en cuerpo de una chica. El cadaver no tenía piel.
En cada habitación de la casa había unos trozos de madera para matar a los desgraciados que cometieron alguna falta. En varias ocasiones la dueña en silencio total pudo estar mirando durante horas a algún siervo trabajar y de pronto comenzar a atizarlo con una rabia incesante hasta que dejase de respirar.
Los métodos de tortura eran elaboradamente elegidos por la condesa misma. Ella pudo echarle a la víctima el agua hirviendo, quemarle la piel con un rizador de pelo, hacerle pasar hambre durante días, dejarlo desnudo en la calle durante la helada en invierno, estrellarle la cabeza contra la pared, arrancarle el pelo…
El comienzo del fin
Obviamente, los campesinos no estaban nada contentos con la vida que llevaban en posesión de esta mujer y en varias ocasiones intentaban quejarse, por lo menos, 11 veces. Lamentablemente para las víctimas, Saltykova era una mujer rica e influyente, hacía regalos generosos a personas importantes, su apellido era muy famoso. Nadie quería meterse con ella. Las quejas no las aceptaban, además entregaban a los descontentos a su ama. No hace falta mencionar, como acaban estas personas cuando Saltykova se enteraba.
Sólo gracias a un suceso después de numerosas torturas y desapariciones misteriosas de los siervos, por fin abrieron el caso. El cambio de suerte llegó con el ascenso de Catalina II al trono. La joven emperatriz necesitaba asegurar su influencia y poder en el país. Resolver exitosamente en persona el caso de una asesina loca le venía muy bien. A pesar de eso el asunto estaba siendo investigado durante 6 años (desde 1862 hasta 1868). Ése es el tiempo que duraron las diversiones sádicas de Saltykova. Con cada paso de la investigación salían a la luz más y más detalles terribles.
El más famoso fue uno de la mujer embarazada que por alguna razón le enfureció a la asesina aristócrata que ordenó golpearla y pisar su barriga con los pies. Justo entonces empezó el parto que sólo provocaba más a Saltykova. Mientras estaba contemplando la escena, gritaba “¡Hasta la muerte!”
Este caso se supo gracias a un cura que luego vino a celebrar la misa de cuerpo presente.
Por la cantidad de atrocidades cometidas entre los campesinos, le dieron el nombre de “La sangrienta dueña”.
El romance fallido
No sólo los siervos habían sido el objeto de su furia. Después del fallecimiento de su marido, Daria se enamoró de otro hombre noble, Nicolay Tutchev. El romance no duró mucho, quizá porque al final Nicolay pudo ver la auténtica naturaleza de su novia. En todo caso, la relación acabó y se casó con otra. Saltykova entró en cólera. La sed de venganza era tan grande que no pudo resistirse a ordenar su asesinato también. Sólo por milagro, Nicolay y su joven esposa consiguieron sobrevivir. Alguien les avisó a tiempo. Sin embargo, Daria no se quedó tranquila hasta intentarlo una y otra vez, por suerte ninguno de los siguientes planes tampoco tuvieron éxito.
Así habría continuado hasta la misma muerte de Saltykova, si no fuese por dos siervos que pudieron escapar y llegar con la queja hasta la emperatriz. La última se horrorizó por la historia y ordenó iniciar la investigación.
La investigación y arresto
El caso fue encabezado por el policía Stepán Volkov. Él pudo identificar muchos incidentes de sobornos y nombres de funcionarios corruptos que aceptaron dinero y regalos de Saltykova. Aparte él examinó los libros domésticos y de cuentas de la acusada y realizó búsquedas en sus propiedades. Resultó muy difícil interrogar a los siervos por el miedo que ellos tenían ante la dueña. Pero al final Volkov descubrió más de un centenar de muertes sospechosas o desapariciones de sirvientes. La dueña enloquecida no se olvidaba de llevar bien la contabilidad.
Para hacerla hablar, a la casa de Saltykova fueron enviados varios policias y un cura. Le explicó que tenía que confesar sus pecados antes de su tortura y la posible muerte. En realidad, sólo era una farsa, ya que el permiso a torturas no les fue admitido. A la condesa esto no le afectó de ninguna manera, no aceptaba su culpabilidad y hasta excusaba sus salvajadas con el mal comportamiento de los siervos.
Tras el arresto, la mujer condenada fue encadenada a la picota en el cadalso con el cartel en el cuello que decía «El verdugo y asesino». Todos los residentes de San Petersburgo podían expresar libremente su actitud hacia Saltykova. El castigo adicional no se destacaba precisamente por la severidad. La sádica acudió al asentamiento eterno en el convento de Juan Bautista en Moscú.
Las causas
Nunca se pudo saber con exactitud cuántas personas fueron víctimas de Daria Saltykova. Sólo en 38 casos se logró probar su culpabilidad, pero de sospechosos quedaron más de 100 durante seis años.
Tampoco jamás se supo cuál era la razón de violencia extrema por parte de esta mujer. Algunos dicen que pudo haber sido por muchos romances fallidos y la rabia que le hacía sentir después. Otros concluyen que la ira dirigida particularmente a las chicas jovenes, hablaba de su homosexualidad oprimida. En lo que todos están de acuerdo es en la existencia de una enfermedad mental. No se puede decir por seguro ya, pero por los detalles conservados se le diagnostica psicopatía epileptoide, caracterizada por arrebatos de sadismo y agresión no motivada.
Existe la leyenda de que la casa donde vivía la sangrienta dueña luego fue utilizada como edificio de la KGB. La realidad nunca se supo, porque no se conocía cuál era la residencia auténtica de Saltykova.
Versión vídeo que hice para YouTube (con censura), para el que no le guste mucho leer: