Herradura
La herradura se coloca en las casas para tener buena suerte

No es ningún secreto que los rusos son muy supersticiosos. Por supuesto, no todas las personas creen en los augurios, pero todavía mucha gente prefiere no tentar suerte y seguir las costumbres antiguas para evitar problemas. Veremos las supersticiones típicas eslavas más comunes en las que creen la mayoría de los rusos, incluso los que viven en el extranjero.

Silvar en casa

Casita de madera

Desde hace muchos siglos la gente rusa teme silvar en casa y trata de cumplir con esta norma. Porque incumplirla puede conllevarles muchos problemas financieros – al menos así es la creencia. Algunas personas hasta evitan silvar fuera por el miedo de atraer mala suerte en la esfera económica.

Sentarse en el rincón de la mesa

Chica sentada, mesa

En Rus antigua los lugares en los rincones de la mesa se consideraban infames, normalmente los dejaban para las chicas solteronas, pobres y con pocas esperanzas de futuro. Así nació la creencia de que si una chica se sienta en un rincón de la mesa, no se casará en 7 años. Obviamente muchas chicas rusas solteras intentan evitar incumplir esta regla, especialmente las que tienen muchas ganas de casarse.

El umbral de la puerta

Gato en umbral de la puerta

En el umbral de la puerta no se puede ni quedarse mucho tiempo, ni estrechar la mano, ni entregar las cosas y ni siquiera hablar a través de él. Los antiguos eslavos consideraban este umbral como el hábitat de los demonios y nunca paraban mucho tiempo en él. Además debajo de la puerta muchas veces se enterraban las cenizas de la gente muerta. Para rendir homenaje a los fallecidos, no se resolvía ningún tipo de cuestiones en este sitio de la casa. Hasta ahora, si un ruso necesita, por ejemplo, recibir un paquete, siempre pasa al otro lado de la puerta para firmar al cartero.

El espejo

Espejo

El espejo en la cultura eslava se considera un atributo mágico que puede servir como puerta a otro mundo. Muchas chicas solteras antiguamente usaban el espejo en sus vaticinios para tratar de ver a su futuro prometido. Aunque esta tradición ya se fue lejos en el pasado, el espejo hasta ahora tiene un papel muy importante en los hábitos de la gente. Si al atravesar la puerta de la casa un ruso se ha dado cuenta de que se le olvidó algo importante y tiene que volver a recogerlo, debe mirar al espejo, saludar y enseñarle la lengua. Se considera que de esta manera evita que le siga un demonio, al cual se le puede ver en el espejo. Al asegurar la ausencia de cualquier espíritu malo, se puede volver a salir de casa tranquilamente y seguir con los asuntos importantes.

Sentarse un rato antes del viaje

Maleta de viaje

Esta superstición está relacionada con una criatura procedente de las leyendas eslavas que se llama Domovoi. No es un espíritu malvado, de hecho cuida la casa y a todos sus habitantes, por eso la gente siempre lo respetaba, honraba y hasta procuraba llevarlo a una nueva casa en caso de mudanza.
Aunque Domovoi también podía ser travieso. Si de pronto en el hogar comenzaban a desaparecer cosas, las vacas daban poca leche, un zorro comía a todas las gallinas, se creía que se había ofendido a Domovoi sin querer, entonces había que volver a ganar su confianza dejándole comida y pequeños regalos.

Hoy en día ya no se cree tanto en este ser mágico, pero se sigue cumpliendo una costumbre conectada con su presencia. Antes de salir de casa para un viaje, los rusos suelen sentarse un rato en silencio. Se considera que así se despiden de Domovoi y éste no se va a enfadar por llevar en las maletas «sus pertenencias».

Regalos

Regalo

Para no meter la pata, hay que tener cuidado a la hora de elegir un regalo para un ruso. No todo tipo de cosas se aceptan con alegría en la cultura eslava debido a las supersticiones. Así, no se debe entregar cuchillos y pañuelos: los primeros pueden atraer enemigos a su vida y los segundos se asocian con lágrimas y penas. Un reloj por muy caro que sea tampoco puede resultar muy bienvenido ya que causa separaciones y despedidas. En caso de que al final ya has cometido la imprudencia de preparar un regalo de los mencionados, aún se puede corregir la situación. Para esto la persona para quien ha sido destinado el regalo, tiene que «pagar» por él con una moneda pequeña. De esta manera se finge una especie de compra y se desahace el efecto indeseado.

Hay otros tipos de regalos que se pueden dar pero con ciertas precauciones. Por ejemplo, una cartera se puede regalar a alguien sólo al poner en ella un billete. No tiene que ser necesariamente de gran valor, lo importante es su presencia porque regalar la cartera vacía puede traer problemas financieros a su destinatario. Un ruso incluso lo puede tomar a mal pensando que le deseas mala suerte.

Evidentemente, no son todas las supersticiones rusas, hay muchísimas más. No te preocupes por no poder memorizar y cumplirlas todas, los rusos tampoco podemos y sufrimos por la cantidad de augurios extraordinarios que heredamos de nuestras abuelas. Obviamente no es la superstición misma lo que nos atrae mala o buena suerte, sino la mente humana que es muy vulnerable a las creencias aprendidas aún en la infancia. La idea de romper alguna norma mágica nos puede arruinar un día entero y hacer que la suerte e inspiración nos abandonen temporalmente.

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