Como los rusos se visten en invierno

Cuando el invierno llega a Rusia, las temperaturas pueden ser verdaderamente extremas. Los rusos, acostumbrados a los fríos gélidos, han aprendido a vestirse de una forma única y eficaz para enfrentar inviernos largos y duros. Aquí te contamos cómo los rusos se visten en invierno para mantener el calor y la comodidad, y además, compartimos una divertida historia de cómo es vivir y vestir como un verdadero ruso.

El secreto de la vestimenta en capas

Uno de los mayores secretos de cómo los rusos se visten en invierno es el famoso sistema de capas. No solo es práctico sino también necesario. En invierno, vestirse con varias capas permite ajustar la cantidad de abrigo según el lugar o la temperatura:

  1. Primera capa: una camiseta térmica y pantalones de lana o tela térmica.
  2. Segunda capa: un suéter de lana o un abrigo ligero, dependiendo de la temperatura exterior.
  3. Capa exterior: un abrigo grueso, preferiblemente de piel o de materiales sintéticos que protejan del viento y la nieve.

Esta estrategia de capas permite no solo abrigarse bien al aire libre sino también adaptarse al entrar a sitios cerrados, donde muchas veces hace demasiado calor en comparación con el exterior.

Prenda infaltable: el abrigo de piel

Cuando pensamos en cómo los rusos se visten en invierno, uno de los elementos más característicos es el abrigo de piel. Para ellos, no es solo una moda o un lujo, sino una verdadera inversión en salud y comodidad. Los abrigos de piel (o sus alternativas sintéticas) ofrecen un aislamiento excelente, manteniendo el calor corporal y protegiendo de los fuertes vientos. Aunque hoy en día se usan también abrigos modernos de plumón, el abrigo de piel sigue siendo una prenda muy valorada en Rusia, sobre todo en las regiones donde el frío puede alcanzar -30°C o más.

Accesorios que marcan la diferencia

El invierno en Rusia no solo se combate con abrigos. Los rusos completan su vestimenta invernal con una serie de accesorios que garantizan la calidez de pies a cabeza:

  • Sombreros de piel (ushanka): este tipo de gorro, muchas veces hecho de piel, no solo cubre la cabeza, sino también las orejas, protegiendo del frío extremo. Es común ver a los rusos usando este tipo de sombrero en invierno, ya que ofrece gran protección contra las bajas temperaturas.
  • Bufandas y guantes: las bufandas de lana gruesa y los guantes térmicos o de piel son esenciales. En muchas zonas de Rusia, el frío puede ser tan intenso que los guantes comunes no son suficientes.
  • Botas resistentes: las botas son un capítulo aparte en cómo los rusos se visten en invierno. Las botas de piel, impermeables y de suela gruesa, ayudan a caminar en la nieve sin resbalarse ni congelarse los pies.

La moda de los largos y voluminosos puhoviki

En los últimos años, los puhoviki (plumones largos) se han convertido en una tendencia en Rusia y son prácticamente indispensables en el armario invernal. A diferencia de los abrigos más tradicionales, los puhoviki ofrecen una protección completa: son tan largos que llegan hasta las pantorrillas o incluso hasta los tobillos, cerrando el paso a cualquier corriente de aire. Aunque puedan parecer casi como trajes de astronauta por su volumen y estilo envolvente, su comodidad y calidez han hecho que cada vez más rusos los prefieran para sobrevivir al frío.

Estos abrigos acolchonados están diseñados para que se sientan como una “cobija andante”, reemplazando muchas veces la necesidad de capas adicionales, como suéteres gruesos. Su diseño cubre todo el torso y piernas, asegurando que “no se cuele el frío por ningún lado”. Así, el puhovik es ideal para largas caminatas invernales o para quienes deben esperar el transporte público en condiciones de bajas temperaturas, sin perder estilo ni protección térmica.

Un día en la vida de Vlad y Masha: enfrentando el frío ruso

Para darle un toque más cercano, imagina a Vlad y Masha, dos amigos rusos de Moscú. Una mañana de enero, deciden salir a pasear por la ciudad. Vlad se viste con su camiseta térmica, suéter de lana, abrigo de piel y, por supuesto, una ushanka bien ajustada. Masha, por su parte, opta por su abrigo acolchonado, guantes de lana gruesa y bufanda. Al llegar al parque, ambos bromean sobre el frío, pero están tan bien abrigados que pueden caminar cómodamente.

Sin embargo, deciden hacer una pausa en un café y, ¡sorpresa! Dentro, la calefacción está tan fuerte que ambos sienten que están en pleno verano. Masha se quita rápidamente el abrigo, la bufanda y el suéter, agradecida de haber seguido el sistema de capas. Así es como ellos, como todos los rusos, saben adaptarse al frío: con humor, inteligencia y, sobre todo, ¡una buena capa de abrigo!

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